miércoles, 29 de septiembre de 2010

Según mi amigo Domingo...

Ayer visité a mi amigo Domingo, convaleciente de una operación de la rodilla, en su pequeño apartamento de la Tunrnstr. Un barrio mayoritariamente habitado por inmigrantes, la mayoría turcos y árabes. Sólo en una casa así puede permitirse escuchar la música tan alto, que ya cuando me encontraba en el patio interior del edificio, pude escuchar. A mi amigo le encanta el flamenco, por lo que una cantaora desgañitada llenaba con su cante la atmósfera.
Tal vez tenga razón, dice que en mis escritos hay algo (o mucho) de nostalgia y desamor. Pero esa es la vida. Y no hay otra. O sí. Que no todo es Casquito de guayaba.


Por Luis Ruiz

martes, 28 de septiembre de 2010

Termino la lectura de, La máquina de follar.

Termino con La máquina de follar. Afuera sigue la lluvia. Subirá el nivel del agua hasta el quinto piso y nos ahogaremos. Dejaremos de existir. No quedaremos ni para contar el cuento. Muerto el perro se acabó la rabia. Se mueren los buenos, pero los malos siguen allí haciendo daño. Los dictadores son eternos. Las guerras no se acaban. Subirá el nivel del agua? Hasta dónde? Se hundirá la isla?

Son tiempos inciertos; no se sabe nada. Ni las predicciones funcionan. El caso es que todo va de mal en peor. El que más folla es el que más gana. Hagamos del mundo un lupanar, ésta tierra nos pertenece a nosotros, a los que preferimos joder, y no a los que nos quieren joder a nosotros.

Si la lluvia lavara todo lo sucio. Hasta el cielo tiene un color raro. Pero es sólo un sentimiento. Cosas que uno piensa sin pensar. Quien razona razonablemente con éste tiempo?


Por Luis Ruiz

domingo, 26 de septiembre de 2010



Berlin amanece húmedo y frio.

Berlin amanece húmedo y frio; desolado. No sé si amarlo o abandonarlo.

Anoche: El dolor del brazo derecho es un cabrón, un abusador que no me deja tranquilo. Engullo una pastilla. La vida va en picada. Aunque no lo quiera aceptar. Cuesta trabajo. Mucho, sí. Y los espejos... Ah, malditos. Mejor un sueño cualquiera y una erección superlativa. Si no fuera por las palabras. La lluvia sobre el cristal, como una hermosa sinfonía. Apoyarse en la belleza de las cosas feas. El valor de un momento como parte de un todo.


Por Luis Ruiz